La biblioteca, sus directores
Un pedo de Ramón López Velarde,
sazonado con todo lo que sobra
ejecutó diabólica maniobra
y se vistió de noche por la tarde.
Venga pues sin remedio y nos enfarde;
tuerza la charamusca de Zazobra,
ponga las cuatro manos a la obra,
que no faltará quién lo desalbarde.
Y se puso a vagar de Ceca en Meca
en busca de difíciles palabras,
y de chiripa entró en la Biblioteca.
Suave Patria tú sola te la labras,
porque lo mismo aquí que en Zacatecas,
suceden los cabrones a las cabras.
(texto tomado de Sátira,
Alberto Dallal/ editor,
México, 1970)
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